HORA INTERNACIONAL
Durante
muchos años los relojes más precisos se basaban en el movimiento de la Tierra
alrededor de su eje y alrededor del Sol. A partir de ellos se definía todo lo
relacionado con el tiempo; cuando la Tierra daba una vuelta alrededor del Sol,
se consideraba que había pasado un año. Cuando la Tierra daba una vuelta sobre
sí misma había pasado un día, que a su vez se dividía en 24 horas, la hora se
dividía en 60 minutos y el minuto en 60 segundos. En el año 1900 se definió un
segundo como 1/86.400 avos de un día solar medio.
El
primero es que el meridiano de Greenwich constituye el centro del primer huso
horario que se encuentra entre el meridiano de 7,5º Este y 7,5º Oeste. Un huso
horario no debería estar dividido en dos mitades con longitudes geográficas
distintas. Este problema, da origen a la incongruencia de que entre el
meridiano de Greenwich y el de 15º (ya sea Oeste o Este), no existe un huso
horario sino dos mitades de dos husos distintos (UTC y UTC-1).
El
segundo problema es aún más grave y consiste en que al llevar el horario UTC al
Antimeridiano de Greenwich (ahora meridiano de 180º), dicho meridiano se
ubicaría en el centro de un huso horario que, no sólo quedaría dividido en dos
mitades de longitudes distintas (longitud Este al Oeste y longitud Oeste al
Oste), sino que esas mitades tienen, en realidad, fechas distintas, ya que, el
meridiano de 180º es el que se toma como Línea internacional de cambio de
fecha.
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